¿Habéis visto esta semana la noticia (aquí y aquí, por ejemplo) del descubrimiento de un sistema solar "gemelo" al nuestro?. Que buen estreno para este blog poder comentar que hemos encontrado otro lugar en el barrio dónde quizá haya una placita como la nuestra. Quizá más que un gemelo, sería como el primo bajito que conocemos sólo por las fotos. Familia al fin y al cabo. De todos modos, ¿en qué se parece a nosotros?. La palabra clave es proporción. La estrella de nuestro nuevo sistema vecino es sólo la mitad de masiva que nuestro sol, por lo que proporciona menos energía y las masas de los planetas son un 70% de la masa de Júpiter, el interior, y un 90% de la masa de Saturno, el exterior. Pero lo más llamativo es la relación de las distancias de esos planetas a su estrella (2.3 y 4.5 UA), que es proporcional a la que guardan Júpiter y Saturno con nuestro sol (5.2 y 9.5 UA respectivamente). Es decir, casi la mitad. Proporcionales.
¿Es esto una sorpresa?, bueno, quizá para alguno sí, pero la gente de esta placita sabe que este hecho fue descrito hace 390 años por Don Johannes Kepler, que se dio en llamar su tercera ley. Y es que resulta que la tercera ley de Don Kepler es, ni más ni menos, que el ritmo de la danza planetaria que sigue la partitura de la Ley de la Gravitación Universal. Las leyes de la física son universales, es decir, se cumplen de igual manera en todos los puntos del Universo. Por eso mismo podemos aventurar, sin arriesgar demasiado, que la estrella de nuestro sistema vecino estará compuesta del mismo hidrógeno que nuestro sol, y que las composiciones de sus planetas serán parecidas a las de los nuestros, los mismos elementos y sus combinaciones que podemos encontrar en nuestro sistema solar de andar por casa.
Vamos a tirar un poco más del hilo. Si las leyes de Kepler se cumplen en este sistema, ¿podría haber más planetas en otras órbitas siguiendo las misma leyes?, ¿si hay un júpiter y un saturno, podría haber una tierra y un marte?, la noticia no dice nada de eso...., pues la respuesta es que sí es posible, pero no lo podemos saber, de momento. Los métodos actuales de detección de planetas extrasolares no son capaces de detectar planetas tan pequeñitos como la Tierra o Marte. Imagínense buscando el céntimo que se le cayó al despistado de Neil el 21 de Julio de 1969 desde la ventana de casa, con unos buenos prismáticos, eso sí. Que no veamos el céntimo no significa que no esté. La dificultad de encontrar cuerpos de masas modestas, a escala planetaria, que no emiten luz propia y que se encuentran a distancias tan sólo accesibles al viaje de la luz a través del tiempo, es enorme. Tanta que ahora mismo nos es imposible, pero es sólo cuestión de tiempo. Cuando ese día llegue, ¿qué os apostáis a que encontraremos familias que bailan al son del viejo Kepler?
Foto: hablando de gemelos,..., la imagen representa las órbitas keplerianas aparentes y verdaderas de las estrellas del sistema binario Castor A y Castor B. Te lo explican en http://www.portalciencia.net/vives1/vives1.html
¿Es esto una sorpresa?, bueno, quizá para alguno sí, pero la gente de esta placita sabe que este hecho fue descrito hace 390 años por Don Johannes Kepler, que se dio en llamar su tercera ley. Y es que resulta que la tercera ley de Don Kepler es, ni más ni menos, que el ritmo de la danza planetaria que sigue la partitura de la Ley de la Gravitación Universal. Las leyes de la física son universales, es decir, se cumplen de igual manera en todos los puntos del Universo. Por eso mismo podemos aventurar, sin arriesgar demasiado, que la estrella de nuestro sistema vecino estará compuesta del mismo hidrógeno que nuestro sol, y que las composiciones de sus planetas serán parecidas a las de los nuestros, los mismos elementos y sus combinaciones que podemos encontrar en nuestro sistema solar de andar por casa.
Vamos a tirar un poco más del hilo. Si las leyes de Kepler se cumplen en este sistema, ¿podría haber más planetas en otras órbitas siguiendo las misma leyes?, ¿si hay un júpiter y un saturno, podría haber una tierra y un marte?, la noticia no dice nada de eso...., pues la respuesta es que sí es posible, pero no lo podemos saber, de momento. Los métodos actuales de detección de planetas extrasolares no son capaces de detectar planetas tan pequeñitos como la Tierra o Marte. Imagínense buscando el céntimo que se le cayó al despistado de Neil el 21 de Julio de 1969 desde la ventana de casa, con unos buenos prismáticos, eso sí. Que no veamos el céntimo no significa que no esté. La dificultad de encontrar cuerpos de masas modestas, a escala planetaria, que no emiten luz propia y que se encuentran a distancias tan sólo accesibles al viaje de la luz a través del tiempo, es enorme. Tanta que ahora mismo nos es imposible, pero es sólo cuestión de tiempo. Cuando ese día llegue, ¿qué os apostáis a que encontraremos familias que bailan al son del viejo Kepler?
Foto: hablando de gemelos,..., la imagen representa las órbitas keplerianas aparentes y verdaderas de las estrellas del sistema binario Castor A y Castor B. Te lo explican en http://www.portalciencia.net/vives1/vives1.html
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